martes, 21 de febrero de 2012




La minería nos da materiales para construir; pero también destruye.

La minería en Honduras es muy vieja. Pero la población no siempre conoce los daños que ésta causa al medio ambiente y a la salud de las personas.  Los gobiernos y las empresas mineras tienen un acuerdo y han hecho la Ley de Minas, para proteger a estas empresas, y hacerles fácil el negocio. Pero dejan de lado la salud y el bienestar de las comunidades. Las empresas mineras y el gobierno dicen que la minería trae desarrollo y bienestar. Eso es falso. Hoy en día existe una institución llamada ASONOG, viene haciendo desde 1999 un trabajo para informar a la gente sobre los daños que la minería trae a las comunidades cercanas a una mina y a la nación entera.

Esta institución ha elaborado un libro llamado “La minería en Honduras” con el que pretende informar y dar a conocer la situación que vive nuestro país con respecto a las minas y su explotación.

Vivimos en un país rico en recursos naturales, pero por falta de conocimiento sobre ellos, conciencia y un mal manejo provocan serias consecuencias tanto en nuestra población como en el medio ambiente que nos rodea y lo peor es que la mayor parte de los casos ni siquiera somos nosotros mismos quienes explotamos nuestros recursos, si no empresas extranjeras que buscan su beneficio propio y saquean nuestras tierras dejándolas más pobres y llenas de contaminación.

Y esto lo vemos desde 1524 con la llegada de Hernán Cortés a nuestro país, que maravillo su vista con el oro que Montezuma le mostro. Los españoles descubrieron muchos yacimientos de metales preciosos especialmente de oro y plata. Y así consecutivamente hasta el día de hoy son extranjeros que explotan nuestros recursos mineros empobreciendo el suelo y dejando estragos en las zonas, llenándose ellos de riqueza y dejando una limosna de impuesto a los Hondureños. Pero realmente el problema radica en las denominadas “Concesiones”, que son los permisos o autoridad destructiva que le da el gobierno a las compañías mineras para explotar las minas Hondureñas. A cambio estas deberían pagar grandes impuestos y dar trabajos a los pobladores cercanos de las minas, y aquí viene el anzuelo: la explotación de las minas, trae desarrollo a las comunidades. Cosa que es totalmente falsa, ya que estas compañías solo tienen un objetivo enriquecer sus intereses, que por cierto en ningún momento las comunidades, nuestra fauna y flora, y demás recursos se encuentran incluidos en ellos. Por lo que el beneficio y desarrollo se lo llevan las mismas compañías mineras.

Las concesiones también podrían denominarse robos legales, porque las compañías mineras para poder obtenerlas deberían cumplir varios requisitos, como un estudio de impacto ambiental, pero con chantaje o altos sobornos al gobierno, reciben rápidamente sus permisos de explotación sin cumplir muchas de las exigencias, teniendo ellos el poder de hacer prácticamente lo que les plazca.
Actualmente estudios realizado por ASONOG estiman que de cada 100km de nuestro territorio, 31 están concesionados para la explotación minera. Desde 1996, se han otorgado 372 concesiones, de las cuales 315 están en exploración y 57 ya son explotadas.
La mayor parte de las concesiones entregadas son las de Cielo Abierto; a pesar de ser del tipo de mina que más daño causan. Recordemos que estas utilizan el cianuro siendo este el principal causante de su daño, pero no podemos obviar todos sus daños, como el cambio que provoca en los terrenos y la destrucción de la vegetación. Nuestro país debe responsabilizarse y crear una conciencia  de la gran riqueza que poseemos, apreciarla, protegerla y aprender a darle un manejo adecuado. Por ejemplo para evitar desde un principio este impacto ambiental se debería dar las concesiones una vez realizados los requisitos apropiados y completos, no permitir que cualquiera venga a destruir lo que nos pertenece. Realizar estudios sobre el terreno, de su  flora, fauna y la cantidad de agua, y bajo estos parámetros determinar si conviene o no realizar la explotación. En cuanto a la fauna y la flora, se puede realizar un estudio tanto de las plantas y animales que habitan la zona, contabilizarlos y ver la forma de que la mina no afecte ambos,con referencia a la flora ya sea trasladando , transplantandola ó así mismo vegetar más la misma zona. Este estudio es significativo tanto en gasto como en tiempo, en comparación a la ganancia que obtendran una vez que ya inicien la explotación de la mina. Entonces, ¿Por qué, no se realizan?
Es indignante ver como estas compañías hacen y deshacen en nuestro país y no hay un llamado de atención o una represaría por parte del gobierno para evitar estos atropellos, abusos y daños contra las comunidades en donde se encuentran las minas explotadas. Ellos son los que sufren las mayores consecuencias, estas compañías no tienen ni siquiera la delicadeza de pensar en lo habitantes de estas zonas, que como humanos merecen respeto y una vida digna. Hay diversos factores que estas compañías podrían tomar en cuenta o buscar como mitigarlos. Desde el ruido que provocan las maquinarias y explosiones,podrian crear barreras de tierra y vegetación y con esto mismo también enriquecería el suelo, también reducirían en las casas las vibraciones que provoca las explotaciones, a su vez el mantenimiento de sus maquinarias tambien reduciria el ruido y molestias extras. Son pequeños acciones que no generaran gastos significativos para estas compañías que obtienen ganancias millonarias.
Las personas que viven en estas comunidades son humildes y de escasos recursos, y gracias a la explotación en las minas se encuentran expuestos a la contaminación que aquí se genera, lo que provoca enfermedades en la salud como en vías respiratorias y la piel, de manera que esto también les genera un gasto económico a ellos porque deben ir al médico. El suelo esta infértil por lo que ya no hay siembras deben comprar ahora su alimento. Por lo que también cabe mencionar que se deberían realizar estudios socioeconómicos previos a otorgar la concesión y que estas empresas den respaldo ante las muchas circunstancias o situaciones en las comunidades  ante presencia de estas minas en explotación.
Pero realmente estas acciones no se llevan a cabo y ni se llevaran si el gobierno no cambia su actitud ante las concesiones, debemos poner un alto a esta explotación y el gobierno debe trabajar junto a DEFOMIN. Para establecer normas  y medidas para que estas compañías no sigan abusando de los hondureños y nuestras tierras. Y así mismo periódicamente realizar inspecciones a las comunidades y ver si estas normas y medidas se están realizando.
Las minas son un serio peligro para la vida y la salud de las personas, los animales y las plantas, y por consiguiente del planeta entero. Es necesario que nos preguntemos si vale la pena entregar nuestra riqueza natural por unos pocos centavos, si al final los más beneficiados son los pocos dueños de las mineras.
Perfectamente una vez concluida la explotación también se podria seguir beneficiando y asi mismo mitigando el medio donde estuvo la mina. Está se puede convertir en una zona turística, y pueden crearse rellenos sanitarios y pilas de oxidación.
No es posible que el humano solo busque un beneficio propio a estas alturas existiendo tanta pobreza e inequidad en la repartición de bienes. El día de mañana así como llevamos el ritmo desenfrenado de nuestras vidas, ni siquiera el dinero lo nos podrá ayudar. Necesitamos un cambio ya, prevenir, cuidar, y aprender a dar un verdadero y cuidadoso manejo a nuestros recursos. Y aprender a reconocer que así como la naturaleza nos da recursos y beneficios que hoy en día son esenciales para nosotros, debemos retribuírselos a ella y velar porque todos formemos parte de este cambio.
Bibliografía:
Minería en Honduras. Asociación de Organismos No Gubernamentales de Honduras (ASONOG), 2009.
Ibáñez, J. J. (29 de octubre de 2011). madrimasd.org.